domingo, 31 de enero de 2010

Os presento a mis amigos los dólares australianos

Por suerte no todo es acero y hormigón en Singapur


Desde nuestro hotel al aeropuerto había como una media hora y gran parte de ella parecía que estuviras en mitad de una selva. Todo verde, sólo la carretera desentonaba. Al fondo la playa, nada de edificios en primera línea.

¿Crisis del ladrillo???


Panorámica del centro financiero de Singapur con todas esas grúas en plena acción. ¿A caso no tienen ya suficiente hormigón?

sábado, 30 de enero de 2010

Caótica belleza



Confirmado: ¡los asiáticos conducen casi igual o peor que lo italianos!

Después de más de 20h de vuelo tú sólo piensas en llegar a tu destino.......


...pero si te dan una cama como ésta, ¿qué haces?!

Dulce (¿?) espera en el aeropuerto



Lo ves en televisión, pero nunca piensas que te va a pasar a ti...

Mucho tráfico en el aeropuerto de Dubai

El viaje que parecia no acabar nunca....

Gente: ¡la aventura ha empezado!
Son las 19:00 en Melbourne y por fin me puedo sentar a contaros cómo me ha ido hasta el momento.
Para empezer deciros que estoy feliz, super positiva y con muchas ganas de sacarle toooooodo el jugo a esta experiencia. Y menos mal, porque si llegara a desaprovecharla creo que más de uno me machacaría. ¡Pero tranquilos! ¡Eso no va a pasar!!!
Bueno, pues allá va la primera entrada desde tierras lejanas... Pero, ¿por dónde empezar? !
Durante estos primeros días ya he tenido la oportunidad de hablar con muchos de vosotros y ya sabéis que el viaje se me complicó más de la cuenta. Mi intención a la hora de comprar los billetes no era, para nada, ir de aquí para allá parando en las ciudades en la que tuviera que hacer escala (a excepción de Londres que fui un día antes con mi mamá para asegurarme de no perder el vuelo a Melbourne). Pues bien, ¿no dicen que cuanto más deseas una cosa más te alejas de ella? ¡Doy fe! Todo iba sobre ruedas: aviones que salían a su hora, azafat@s que amenizaban el trayecto con todo tipo de brebajes, tentempiés y comidas como Dios manda, pantallita de unas 11" para disfrutar de música, películas, radio o lo que a cada cual le apeteciera durante el trayecto; y un sinfín de comodidades y advertencias del capitán y la compañía. El vuelo estaba saliendo redondo. Hasta me tomé el lujo de pegarme una señora duchita en el aeropuerto de Dubai. Todo redondo... hasta que nos montamos en el avión en Singapur. Supuestamente se trataba de una parada técnica de 50 minutos para poner en cuarentena el avión antes de entrar en Australia. Supuestamente. ¡Al final la dichosa cuarentena se alargó casi 24 horas! Ya habíamos embarcado, estaba todo listo para despegar; pero el avión no funcionaba como debía y el capitán no dio luz verde al despegue. El pobre parece que tenía ganas de arreglarlo y llegar a Australia según lo previsto para poder disfrutar del Día de Australia (26 de enero). Quizá fue por eso que nos tuvieron dentro del avión cerca de unas cuatro horas. Nadie entendía nada, ni siquiera la tripulación. Y es que nos hicieron sudar la gota gorda porque el aire acondicionado no funcionaba. La gente empezó a desesperarse (y no era para menos) y a arremeter contra la tripulación. Angelitos ellos, que sabiendo prácticamente lo mismo que nosotros encima tenían que seguir trabajando para servirnos constantemente toallitas y agua fría. Hora tras hora la situación iba empeorando. Se iba haciendo insoportable para niños y mayores y, al final, muchos de ellos tuvieron que salir del avión para poder respirar aire fresco. No alcanzo a entender por qué nos tuvieron en el avión tanto tiempo. El caso es que tras horas de angustia nos dejaron bajar del avión para tenernos otras horitas más en el aeropuerto. Supuestamente el avión iba a salir a las 22:25, pero no fue hasta las 05:00 cuando recibimos noticias de que nos iban a trasladar a diferentes hoteles.
Sin embargo, he de decir que el trato en todo momento fue excepcional. Tanto el capitán como la tripulación nos mantuvieron informados en todo momento, nos dieron una tarjetita de tránsito con la que no teníamos que pagar ni comida ni bebida en el aeropuerto y, además, nos trajeron comida y bebida hasta la zona de espera de nuestra puerta de embarque. Por supuesto, nada que objetar del pedazo hotel al que nos llevaron (no sé cómo sería el de los 329 pasajeros restantes, pero el mío estaba genial). Allí pudimos disfrutar de una laaaaaarga ducha, de llamadas internacionales, desayuno y comida típicas, internet, TV de plasma,... ¡y una cama espectacular! Cada uno elegía si quería habitación compartida o simple. Increíble la habitación e increíble la comida. Ñam Ñam. Por desgracia a las 14:30 nos recogía un autobús para llevarnos de vuelta al aeropuerto y, ahora sí, tomar vuelo dirección Melbourne. De nuevo las 7 horas de vuelo pasaron, y nunca mejor dicho, volando.
Ahora sólo faltaba saltar el último obstáculo: salir del aeropuerto.
Media horita antes de aterrizar empiezan a pasarte información sobre Australia y sus normas a la hora de entrar ciertas cosas. También te ponen un vídeo donde te lo explican bien claro. Declare or beware (declara o atente a las consecuencias). Te pasan una tarjetita para que la rellenes con todos tus datos, tus intenciones en Australia y qué cosas quieres declarar. Es alucinante. Te hacen declarar dinero, comida, bebida, semillas, cualquier artículo de madera,... ¡y hasta tienes que decir si llevas en tu maleta cualquier cosa que pueda contener arena, tierra o estar húmeda! ¿No es alucinante? Yo declaré unos collares y me quedé sin ellos porque no está permitida la entrada de ningún tipo de semillas (shit!).
Pero eso no es todo. En el avión parece ser que iba un niño enfermo, pues bien, antes de dejarnos bajar del avión subió una patrulla de los de cuarentena para comprobar que el niño no sufría ningún tipo de enfermedad peligrosa ni contagiosa... ¿No es alucinante esto también?
Y para acabar con el sermón que os estoy echando, la última anécdota. Casi me cag...piiiiiiiiiii en toda la familia de la mujer que había en el control de pasaportes. ¿Os imagináis por qué? ¡No va y se le ocurre a la mujer (que no sé si es que sería nueva o que) decirme que mis datos no figuran en la base de datos! Primero agota todas las posibilidades señora y luego asusta al personal, ¡jué! Por suerte llamó a escena a dos compañeros suyos que parecían tener más idea y ellos sí encontraron los datos de mi visado. Había llegado por fin a la meta, ¡estaba pisando suelo australiano!
Aleeeee, a la próxima más. No vaya a ser que os agote y no volváis a entrar jajajaja
Besos desde Melbourne :-*

jueves, 21 de enero de 2010

Con el tiempo entre los dientes...

¡Hola a todos y bienvenidos!!!

Chic@s: ¡mi aventura está a cero coma de empezar! Pero no me podía marchar sin escribir mi primera entrada estando todavía en tierras españolas. No sé cómo, pero he encontrado un huequito entre prisas, despedidas y nervios; y es que la verdad estos últimos días no se acaban de disfrutar al 100% (menuda caca de la vaca xD).

A muchos de vosotros ya os había comentado mi idea de crear un blog. Me parece una forma genial de manteneros informados y haceros partícipes, en cierta manera, de mis días en lo que realmente son las antípodas de España. Poco a poco iremos viendo qué forma va tomando ésto porque obviamente no os prometo entradas diarias con parrafadas soporíferas... Pero sí os prometo escribir siempre que tenga tiempo, algo interesante que contaros o algo que simplemente me haya llamado la atención.
Además, y a petición de muchos de vosotros, os iré presentando canguritos, koalas y demás especies autóctonas (aquí también incluyo a todo tipo de personajillos jijiji).

En fin, que espero que lo disfrutéis :)

Miles de besos!